Etica y Política
ETICA
Y POLITICA UNA DISYUNTIVA
Para el artículo de esta semana me valdré de varías
frases célebres que iluminan el camino que tomarán estas líneas en cuanto a la
política latinoamericana y muy especialmente en cuanto a la política
venezolana.
“Ninguna república bien ordenada cancela nunca los
deméritos de sus ciudadanos en gracia a
los méritos, sino que, habiendo establecido
premios para las buenas acciones y castigo para las malas, y premiando a
quien ha obrado para bien, si ese mismo, más tarde, obra mal, le castiga sin
tener en cuenta para nada sus buenas obras”
“Dice una antigua sentencia que los hombres suelen
lamentarse del mal y hastiarse del bien, y que ambas pasiones producen los
mismos efectos”… “Y como las repúblicas bien organizadas deben mantener el
erario público rico y a los ciudadanos pobres”
“Concluyo, por
tanto, que no hay cosa más necesaria para la vida de una comunidad sea secta,
reino o república que devolverle la reputación que tenía en sus orígenes, y
procurar que sean los buenos ordenamientos o los hombres buenos los que cumplan
esa función, en vez de una fuerza extrínseca.”
Todas estas frases provienen de Maquiavelo en su obra
“Discursos sobre la primera década de Tito Livio”, citada a su vez por los
profesores José María Melero y Carlos Blanco Mayor en un trabajo publicado en
la Revista Praxis Sociológica de la Universidad Castilla-La Mancha.
Las frases comentadas hacen alusión directamente al
tema del bien y del mal y establecen una
relación con la ética y la moral en el ejercicio de la política.
Al revisar la
primera frase podemos notar fácilmente que en un pasado muy cercano, los
venezolanos al no distinguir claramente entre la bondad o maldad de determinada
conducta, hemos atribuido bondad a conductas con un contenido de maldad.
Aquí tenemos algunos ejemplos: cuando preguntamos por
los precios de un producto de los que está sujeto a regulación por parte del
régimen, inmediatamente se piensa en el precio regulado, pero muy pocos vemos
lo que cuesta hacer ese producto. Si nuestra mirada está en esto último es
fácil llegar a la conclusión de que los precios regulados no son tales, sino
más bien precios regalados. La otra
pregunta necesaria en la cadena de
razonamiento es, ¿las personas quieren que el Estado les regale lo necesario
para subsistir o queremos ganarnos ese derecho con el sudor de nuestra frente? Una
primera conclusión adelantada es la siguiente: aquello que pensamos y cómo
actuamos dentro de la esfera del bien o del mal en la perspectiva individual es
la ética, y por supuesto como generalmente comentamos en clases, no vengamos
con tonterías sobre si lo que es bueno para mí, es malo para ti (relativismo).
Demos algunos ejemplos de conductas desde el campo político circunscritas a la
esfera del mal:
-Cuando el régimen hizo pensar a la población que está
resolviendo el problema de la
inseguridad o el de la economía sabiendo que lo ensayado ha producido
resultados contrarios y los seguiría produciendo.
-Cuando la oposición prometió que resolvería el
problema económico, del abastecimiento y las colas al llegar a la Asamblea
Nacional sabiendo que estaba fuera del marco de sus competencias.
-Cuando régimen y oposición sugieren que el diálogo
solucionará muchísimos problemas actuales, mientras que la postura de ambos no
es sincera.
Y decimos que estas conductas son hechas desde el
campo del mal pues se buscaba manipular, se mintió, se ocultó y se engañó.
Pensemos en otras situaciones no tan recientes en
términos de la política: la diatriba milenaria sobre la importancia de lo
colectivo sobre el individuo y viceversa:
¿Qué es más importante el colectivo o el individuo?
¿Es buena una regla general en la cual la importancia
del individuo quede desechada frente a la importancia del colectivo?
Al revés
¿Es buena una regla general en la cual la importancia
de lo colectivo quede desechada frente a la importancia del individuo?
O
¿Existe la forma de que la importancia del individuo y
la relativa a la sociedad coexistan de manera equilibrada y asertiva?
Cualquiera que sea su respuesta si se manipula la
opinión de las personas para forzarla a
favor de lo colectivo o social en detrimento del individuo o a favor de lo
individual en perjuicio de lo social, es una conducta que se circunscribe
dentro del campo del mal (manipular la opinión de la población está mal, es
contrario a la libertad). La población o
el individuo deben tener la libertad para pensar por sí mismos y deben tener
los elementos para que ese pensamiento se desarrolle libremente.
La Población debe pensar libremente, debe expresarse
libremente sopesando los elementos necesarios para que su pensamiento sea
coherente, engranado asertivo y esto es posible si los miembros del colectivo
son individuos coherentes, engranados y asertivos, pues la sociedad es la suma
de sus partes.
Si miramos más allá en el concierto internacional, en la
campaña presidencial de los Estados Unidos se mintió y también se manipuló y
miremos los resultados, también mintió
el Presidente Santos en Colombia cuando afirmaba que no se podía modificar el
acuerdo y ya sabemos que pasó, mintió la oposición venezolana cuando dijo
“dialogamos o nos matamos”, mienten y manipulan
los funcionarios del régimen cuando restan importancia al juicio por
tráfico de drogas en New York. Se manipula y se miente abiertamente en la
sociedad moderna, y también nos mentimos a nosotros mismos pensando que la
mentira, por más blanca que sea puede ser buena y no producirá efectos
negativos allí donde surja.
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