Retos sociales, políticos y económicos en la República de Colombia luego de la victoria electoral de Iván Duque Márquez a la presidencia
Durante las
observaciones y estudios realizados y el contacto con diferentes comunidades
aquí en Bogotá, puedo asegurar que las expectativas del ciudadano colombiano,
luego del proceso electoral presidencial, están centradas en diferentes
aspectos. En el curso de este análisis comentaremos dos de ellos.
Un primer tema al cual
hay que referirse es el relativo a lo que espera la población de bajos recursos
en cuanto al Estado Social de Derecho se refiere. En efecto, el Estado Social
de Derecho posee puntos que no se concretan en derechos y deberes en la
sociedad colombiana. Los derechos a la salud, a la vivienda y a la seguridad
social de la población más pobre de la República de Colombia confrontan serias
dificultades para verse concretados. Un
informe de la CEPAL[1]
sobre Colombia da cuenta de los siguientes aspectos comentados: “Los salarios
se ajustaron a tasas de entre el 4% y el 7% (este último porcentaje fue
acordado para el aumento del salario mínimo). El desempleo urbano resintió la
desaceleración económica y en el promedio trimestral móvil de los últimos 12
meses hasta septiembre aumentó del 10,2% en 2016 al 10,4% en 2017, con un
incremento mayor en las 13 principales áreas metropolitanas (del 9,9% al 10,5%).
Los sectores con mayor caída de la ocupación fueron el comercio y las
actividades inmobiliarias. Se destaca el aumento de población ocupada en el
sector agropecuario.” De igual forma, las cifras del Departamento
Administrativo Nacional de
Estadística (DANE)[2]
2017 hacen referencia a indicadores de la pobreza que deben ser tomados en
cuenta: “En 2017 la pobreza multidimensional fue 17,0% para el total nacional.
En 2016 fue 17,8%.” Aun cuando se hace referencia a la salida de la pobreza de
255.000 ciudadanos colombianos, el reto es que a partir de la toma de posesión
de Iván Duque se trabaje sobre estos indicadores para que mejoren
ostensiblemente. El costo y acceso de los servicios de salud, vivienda y
educación, al presentar mejorías, reduciría un descontento evidente de la
población. Si se toma en cuenta los porcentajes que favorecen a determinados
postulados del espectro político colombiano, puede notarse que un porcentaje
importante de la población colombiana viene
llevando a cabo trabajo político para que se tomen en cuenta los temas señalados en este primer punto y por
supuesto en 4 años con nuevas elecciones el desempeño de esta población será
determinante en los futuros resultados
electorales.
Un segundo aspecto que
debe tomarse como un reto para la nueva administración es el tema de la
justicia.
Los retos de la
justicia que no dependen directamente del Poder Ejecutivo son un reto pues la
percepción sobre el tema de la corrupción, la efectividad de la justicia penal
y la concreción de derechos, mediante el uso del sistema de justica, es bajo. Un
aspecto de lo mencionado fue tomado en cuenta por el ministro de justicia en el
año 2016 reseñado por la Revista Semana
de Colombia[3]
que señala: “Según el ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, en Colombia ocho de cada 10
ciudadanos no creen en la justicia, sin embargo, nueve de cada 10 creen en la
acción de tutela como herramienta para hacer valer sus derechos fundamentales.
El funcionario cuestionó la ineficiencia de la rama judicial tras considerar
que se debe avanzar en mejorar el acceso de los ciudadanos a la aplicación de
justicia.”
Evidentemente llevar a
cabo un proceso de comparación entre Venezuela y Colombia en estos momentos
carece de sentido, pues en Venezuela no
está presente la democracia y no se respeta el Estado Derecho, pero el fenómeno
de influencia que durante el recorrido electoral se ha observado sobre la campaña presidencial en Colombia
debe ser tenido en cuenta pues se
presentará igualmente en otras áreas.
No luce inapropiado
pensar que si el Ejecutivo no obtiene, en estos cuatro años por venir,
resultados positivos en situaciones tan sensibles como las mencionadas y sumado
el fenómeno de influencia que se da desde Venezuela, existe una posibilidad
cierta de un giro a la izquierda en el futuro cercano. El desarrollo de las
preferencias que obtuvo el candidato Sergio Fajardo así lo hace ver. No en balde parte de las promesas de campaña
de este candidato estuvieron centradas en temas relativos a la educación.
Si definimos que la resiliencia
es la capacidad de superar la adversidad, no debe perderse tiempo políticamente
hablando, en acudir pronto a buscar resultados positivos en las materias que se
han señalado.
Una situación que debe
ser valorada para la actualidad es que las profundas diferencias entre los
postulados de la ideología política liberal y la socialista han quedado en el
pasado. En España, Alemania o en el norte de Europa coinciden economías de
libre mercado y postulados del Estado Social de Derecho. Aun cuando ya algunos
autores hablan de la crisis o la quiebra del Estado Social de Derecho, sus
postulados fundamentales y aun más, los derechos contenidos en sus premisas, en
mi modesta opinión, están lejos de soslayarse o socavarse y avanzan, en virtud
del fenómeno de la constitucionalización de los derechos, a quedar plasmados en
una cantidad importante de constituciones a lo ancho del mundo; y este fenómeno
de constitucionalización crea espacios que dejan de ser meras promesas para
formar parte del derecho. Se trata de una responsabilidad de los órganos de
justicia que debe cumplirse con toda pulcritud para que lo social guarde
equilibro que permita el desarrollo del Estado y la sociedad.
[1] https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/42651/79/BPE2017_Colombia_es.pdf
[2] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/pobreza-y-desigualdad/pobreza-monetaria-y-multidimensional-en-colombia-2017
[3] https://www.semana.com/nacion/articulo/en-colombia-ocho-de-cada-diez-ciudadanos-no-cree-en-la-justicia/463345
Comentarios
Publicar un comentario