NO PODEMOS SALIRNOS DE LA OEA

NO PODEMOS SALIRNOS DE LA OEA .-
Comienza este artículo recordando a Karl Lowenstein, eminente jurista Alemán nacido en 1891, quien dedicó su vida al estudio del Derecho Constitucional y en su obra más importante, “La Teoría de la Constitución”, sostiene varios elementos del poder que es necesario mencionar: 
-       Donde el  poder político no está limitado y restringido este se excede.
-       El poder incontrolado es por su propia naturaleza, malo.
-       El poder encierra en sí mismo la semilla  de su propia degeneración.
-       Cuando el poder no está limitado se transforma en tiranía y en Arbitrario despotismo.
-       El poder sin control adquiere un acento moral negativo que revela lo demoníaco en el elemento del poder y lo patológico en el proceso En el proceso del poder.
-       El poder tiende a corromper y el poder absoluto tiende a corromper absolutamente.
Ahora bien, mencionamos “el poder” porque éste es considerado, en una de sus acepciones, sinónimo de “soberanía”, que a su vez se trata de una palabra multívoca,  y desde el punto de vista del derecho constitucional  tiene varias maneras de entenderse. Una visión de la soberanía, es entenderla a través de las decisiones que toma el Estado de sus fronteras hacia adentro, de manera tal que estas decisiones si tienen naturaleza democrática y han cumplido con todos los requisitos formales y legales pues se aplicaran a los ciudadanos nacionales.
La otra forma de entender la soberanía es en virtud del principio de “no injerencia de otros estados” en las decisiones propias. Ambas visiones de la palabra soberanía con el pasar del tiempo han quedado atrás. El desarrollo en las relaciones de los diferentes países, la tendencia a la globalización y sobre todo el surgimiento y solidificación de los “Derechos Humanos” como base fundamental del ordenamiento jurídico, han ocasionado cambios directos en estas acepciones de la soberanía.
En este momento en cuanto al Derecho Constitucional se refiere, las decisiones que tome el Estado con respecto a Derechos Humanos y nuestra pertenencia a órganos internacionales que garanticen su respeto, no pueden disminuir las garantías ni en calidad ni en cantidad, que hemos logrado los venezolanos con el pasar del tiempo.
Esto lo conseguimos establecido en el artículo 23 de la Constitución que dice: “Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta Constitución y en las leyes de la República, y son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público.”
El significado más plausible en cuanto a la decisión de abandonar la OEA, órgano que está para garantizar que el Estado no transgreda los Derechos Humanos y garantías fundamentales de los ciudadanos de cada  miembro,  ahora luego de logrados, luego de que los venezolanos tenemos esos defensores no pueden sernos arrebatados. La historia demuestra que quienes ejercen el gobierno de un Estado, pueden transgredir los límites impuestos en los ordenamientos jurídicos y violar los derechos de los ciudadanos, con la excusa que se trata decisiones válidamente tomadas y deben cumplirse. De esta forma han ocurridos delitos de genocidio, etnocidio, violaciones masivas a los derechos humanos y grandes atrocidades que están registradas
El concepto de soberanía posee un límite nuevo y me atrevo a señalarlo mediante una expresión clara e inequívoca: SEÑOR ESTADO NO PUEDE MENOSCABAR MIS DERECHOS HUMANOS, SEÑOR ESTADO, NO PUEDE HACERNOS RETROCEDER EN LAS GARANTIAS A NUESTROS DERECHOS HUMANOS YA ALCANZADAS.
Por supuesto, no puede pasarse por alto que hay juristas, que precisamente no son pro defensa de los Derechos Humanos, que elevan posiciones contrarias. Aducen que el Estado detenta el máximo poder, El Estado es todo poderoso, Por encima del Estado no hay nada y en virtud de esto pues esa decisión estaría bien tomada.
Pero en esta explicación no debemos dejar de lado, al Maestro italiano Luigi Ferrajoli, al español Manuel Aragón, que se han referido a la “esfera de lo indecidible”, al “coto vedado”, como la prohibición tanto para el Estado como para las mayorías de poder decidir sobre determinadas cuestiones constitucionales, sobre las cuales nadie tiene acceso. Este “coto vedado” está compuesto por los Derechos Humanos y los mecanismos de los cuales se dispone para poder materializarlos, por lo que esto sumaría a favor del título de este artículo “No pueden sacarnos de la OEA”, “no podemos salirnos de la OEA”.
Parece mentira que en la Venezuela que aprobó la Constitución que más derechos y garantías tiene para los ciudadanos hoy esta pueda ser nuestra realidad; observar un Estado que suprime las libertades a diestra y siniestra. No hay artículo de la Constitución que no haya sido limitado, en una carrera desenfrenada por cambiar las letras y oraciones de nuestra Carta Fundamental, y cuyo régimen, quien ejerce el poder del Estado, pretende reducir nuestras garantías y mecanismos de protección a los Derechos Humanos de manera importante y relevante, como para que ocupe líneas trascendentales en la prensa y la opinión pública nacional e internacional. Estas ideas, esta opinión argumenta y alega que está en desacuerdo con un desatino como este. Ojalá quienes rigen los destinos del país se den cuenta a tiempo, pues generalmente los gobernantes que exhiben estas conductas ya llevan camino andado en el autoritarismo, la autocracia y el absolutismo.



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