LO JURIDICO, LO CONSTITUCIONAL, LO LEGAL Y LO POLITICO

LO JURIDICO, LO CONSTITUCIONAL, LO LEGAL Y LO POLITICO (UNA ADVERTENCIA AL MUNDO POLITICO VENEZOLANO)

Parte del trabajo que nos corresponde a los venezolanos en el futuro inmediato es lograr separar en nuestras mentes y nuestras acciones lo jurídico, lo constitucional lo legal y lo político. Y decimos que es una tarea pendiente porque la mezcla en nuestras mentes y sobre todo en nuestras acciones ocasiona en el presente y ha ocasionado en el pasado, en muchísimas oportunidades, numerosos problemas que se han reflejado en diferentes áreas como la económica, social, psicológica, axiológica, moral y hasta en la ética.
Separar lo jurídico de lo constitucional no resulta difícil porque lo primero que podemos afirmar, es que existe una relación de género y especie entre ambos términos. Lo constitucional es una especie del género jurídico, así como lo legal también. De la misma forma es importante afirmar que, cuando nos referimos a la cuestión constitucional, esta tiene una mayor importancia que cualquier elemento que pueda estar circunscrito al campo de lo legal (por supuesto entendemos que lo legal es aquello que deviene de la ley, y la ley está por debajo de la Constitución).
Parece mentira que debamos afirmar que lo constitucional es más importante que lo legal, cuando la sociedad venezolana, y creo que cualquier sociedad en el mundo, entiende y maneja el “Principio de Supremacía Constitucional”. Este principio tan importante en Venezuela aparece en lo teórico, pero en la práctica ha desaparecido. Ya las leyes en Venezuela de manera muy amplia, sustituyen artículos de la Constitución y hasta secciones enteras.
Ahora bien, en la misma línea del desarrollo del pensamiento que pretende transmitir este artículo, pensamos que es conseguimos una necesidad importante diferenciar lo constitucional de lo político, sobre todo porque en la realidad política venezolana lo constitucional viene siendo utilizado por el mundo de lo político a veces como instrumento para atacar y a veces para defender batallas que tienen lugar en el campo de lo político, trayendo como primera consecuencia la pérdida del “Principio de Supremacía Constitucional” ya mencionado, pero también una más importante aún, que es la “banalización de la Constitución”, de lo “constitucional” concebido como todo aquello que rodea la Constitución y eso, sí debe preocuparnos y levantar las señales de alerta. Sin embargo, es justo afirmar: ¡Esto no es nuevo en Venezuela! Y decimos que nos es nuevo, por la cantidad de Constituciones que hemos aprobado los venezolanos en nuestra historia republicana, más de veinte y en promedio más de una por década. La Doctora Irene Loreto González[1] posee una cita en su blog en relación con este punto que pone de relieve lo afirmado de la siguiente manera:
“Hemos querido comenzar nuestro trabajo con esta frase del maestro Chiossone, como un modo de justificar nuestra postura ante la historia del constitucionalismo en Venezuela, en la que consideramos que la mayoría de las veces la Constitución ha sido utilizada, en toda nuestra vida republicana, como una manera de dar sustento y legalidad a los cambios políticos que el gobernante de turno, militar o civil, ha pretendido dar al Estado. Desde 1811 hasta 1999 Venezuela ha tenido 25 Constituciones, casi todas fueron dictadas bajo Presidentes militares, “a excepción de tres: la de 1891, con Andueza Palacios; la de 1947, con la Junta Revolucionaria (gobierno de facto) presidida por Betancourt; y la de 1961, bajo el gobierno constitucional de Betancourt”.
Separar lo político de lo constitucional apunta precisamente a que las soluciones a los problemas de la Venezuela de hoy, no pasan por los problemas constitucionales que tienen tanta relevancia en la opinión pública. El nombrado “desacato” de la Asamblea Nacional, el “abandono del cargo del Presidente de la República”, “las sentencias del TSJ en contra de la Asamblea Nacional durante el 2016 y ahora en 2017”, los presos políticos justificados mediante el alegato de “políticos presos”, “las prórrogas al estado de excepción económica” y las “sentencias” que lo justifican, la presentación de la “memoria y cuenta” ante el TSJ, la amenaza que se cierne sobre la Asamblea Nacional para su “disolución”, el tema de la “Nacionalidad del Presidente de la República”, el “referendum revocatorio”, los denominados “planes socialistas”, el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente”; son todos puntos de relevancia constitucional, todos son tópicos tratados e incluidos en distintas partes de la Constitución y a la vez son temas que han utilizado los políticos para atacarse y defenderse en la arena política. Los políticos de todos los bandos justifican con cada uno de estos puntos constitucionales sus virtudes y defectos, sus aciertos y desaciertos, sus triunfos y sus derrotas.
La solución a los problemas actuales es estrictamente política. Usar la Constitución y sus artículos como excusa perjudica a la Constitución, daña el Sistema de Justicia, destruye la institución “Estado” y confunde a todos los ciudadanos venezolanos.  Este artículo es un mensaje para  los políticos de todos los partidos. La Constitución y el ordenamiento jurídico son imperfectos pero pueden ser mejorados o desmejorados y pueden ser cambiados en diferentes sentidos; pero si siguen usando tanto la Constitución como el Sistema de Leyes por debajo de ésta en la misma forma, ya pronto nadie creerá en normas, y de la misma forma no tendremos pactos que sustenten la institucionalidad. ¡Dejen en paz a la Constitución y el ordenamiento jurídico!, ¡solucionen de manera política nuestros problemas! Luego de la solución política, los juristas, los abogados y los magistrados pondrán los remedios constitucionales y legales a esa  solución.





[1] http://historiaconstitucionalvenezuela.blogspot.com/

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